Para niños/as y adolescentes

Una vez que hemos conseguido tener en cada un voraz lector, los libros serán una autopista hacia su cabeza, en la que aún faltan muchos muebles por colocar. Por eso será importante ayudarle a seleccionar las lecturas más adecuadas a su edad y formación. 

En esta época, el contenido de los libros, y en menor medida el estilo, se ha convertido prácticamente en lo único importante. El formato de los libros, su resistencia y presentación, la calidad de la publicación y el resto de características, pasarán a un segundo plano. He aqui algunas guías para seleccionar los contenidos de los libros dirigidos a estos aún muy jóvenes lectores.

 

·       Evitar temas poco apropiados a su edad. Será necesario justificarlo adecuadamente, pero existen multitud de libros excelentes para cualquier edad, y no debería costarnos proponer libros mejores.

·       No obstante lo anterior, respetar y facilitar sus gustos. El niño habrá desarrollado preferencias por unos estilos u otros, y aun tratando de buscar diversidad de lecturas, debemos tener en cuenta sus gustos personales según los vaya mostrando.

·       Alimentar la imaginación y la creatividad. A estas edades los niños son todo potencial, en el sentido más amplio de la palabra, y las historias imaginativas y creativas son la mejor forma de mostrarle los caminos hacia su propia imaginación y creatividad. Cuando sean más mayores, será el momento de introducir algún libro con un realismo más marcado.

·       Suele ser una buena edad para las novelas de misterio y aventuras. El misterio pone a prueba sus dotes de lógica y atención, haciendo de la lectura una actividad múltiple. Las aventuras, con cambios constantes de ambientación y personajes, ponen a prueba su imaginación para crear en sus mentes todos esos decorados.

·       Clásicos. Los clásicos son eso, clásicos, por algo. Y ese algo siempre es bueno. Aunque aún no existan clásicos de la literatura para la primera infancia, sí empiezan a destacar autores y libros que casi podemos considerar clásicos de la literatura infantil, como Michael Ende. Además, esa elección de libros con solera, les dará un ejemplo para que cuando sean jóvenes se animen a la lectura de los clásicos, y no se dejen llevar únicamente por la literatura del momento.

 

La adolescencia es un época de idealismo, el periodo sensitivo en el que surjen los valores de nobleza, amistad y solidaridad. Es un momento perfecto para los libros y personajes ejemplos de estas virtudes, que puedan tomar como ejemplo, y con quienes se identifiquen. A esta edad, visiones más cínicas del mundo, por realistas que puedan parecer, pueden hacer mucho daño, y convertirles en jóvenes sin ideales, sueños ni esperanzas.